lunes, 28 de marzo de 2011

"Primero pienso, luego Juego"

La habilidad principal de un futbolista es, la de “pensar”. Definitivamente, junto al balón, es lo único indispensable para jugar al futbol. Todo lo demás, resulta no tan prioritario. Más bien podrían denominarse como cualidades de cada uno de los jugadores, y me refiero a aspectos como; velocidad, fuerza, destreza con el balón, altura física y cualquier otra característica con las que hoy día, sobrevaloramos a la hora de calificar a un jugador de futbol. Y es que, normalmente, denotamos de forma exagerada las cualidades físico-atléticas de un futbolista, y prematuramente le calificamos de bueno o malo, basándonos únicamente en esto, sin antes valorar su inteligencia de juego.

Un jugador de futbol podrá ser muy alto o muy bajo, muy rápido o muy lento, muy fuerte o no tan fuerte, pero todo esto quedará en un segundo plano si no sabe jugar al futbol pensando. Si no es capaz de percibir, analizar y decidir “que” y “cuando” hacerlo… pues de muy poco servirá cualquier otra condición físico-atlética que pueda tener a su favor.

Dice el “maestro” Horst Wein “…el futbol nace en la cabeza, pasa por el corazón, y termina en los pies…” y nunca al revés. Considero que el futbol deberá jugarse en ese orden de prioridad, primero pensando, luego sintiendo y al final ejecutando; hacerlo al revés sería una estupidez.

El tener en cuenta esto, resulta sumamente importante sobre todo en el futbol base, el tener un criterio de selección de jóvenes futbolistas, fundamentado, correctamente, bajo estos parámetros, provocará que cada vez tengamos jugadores más inteligentes, lo que generará, un crecimiento en todos los involucrados en el futbol.